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domingo, 7 de octubre de 2012

Mis 3 Modelos de Comunicación

Del tema: Elementos básicos del proceso de la comunicación: Emisor, Mensaje, Receptor, Código, Canal (Medio), Contexto. 

"Toda persona tiene tres caracteres: el que exhibe, el que tiene y el que cree que tiene". Karr. 

 Explicación La comunicación como proceso de estudio. El estudio de la comunicación debe excluir los problemas del cómo, el porqué y el para qué nos comunicamos y debe ahondar en la conjugación de todos los elementos que componen el proceso de la comunicación, de tal manera que nos permita separar cada uno de ellos y seguir comprendiendo la realidad en que se instala. Podemos afirmar que la comunicación humana siempre tiene un emisor, es decir, la persona o grupo de personas que tienen algo que decir, que están interesados en relacionarse con otros o sencillamente en comunicarse. Un mensaje que es la acción del emisor para conectarse con los demás, mensaje que puede ser considerado como una conducta, una idea, un código o un conjunto de señales, Y un receptor, el tercer componente, quien se encarga de atrapar, obtener, aclarar los objetivos que el emisor tiene al enviar el mensaje. Para entender los elementos del proceso de la comunicación, primero tenemos que comprender lo que es un modelo básico para ello elaboramos imágenes en cuadros o analogías de las experiencias del conocimiento, para así formarnos “modelos”, o representaciones ideales y abstractas de un fenómeno. El modelo tiene que ser una representación análoga al sistema o proceso original que se investiga. Esto de que sea análogo tiene una determinación muy precisa. La analogía es lo mismo que sinónimo, parecido, semejante o similar. Aunque en la comunicación y sus elementos, podemos llegar a determinar propiedades y a relacionarlos entre sí y con otros procesos de comunicación, donde se establezca una correspondencia biunívoca entre los elementos y relaciones de propiedades del primer proceso o conjunto con el segundo proceso o conjunto. Así, los dos conjuntos son análogos, o se puede decir que hay analogía entre ellos. Esto es más preciso que semejanza. Lo biunívoco es una relación de propiedades del primer conjunto que le corresponda en una relación de propiedades del segundo conjunto (como es el caso de la silla con relación a la mesa. Los dos se corresponden para un fin). Si se cumple esta situación, entonces hay analogía, de otro modo no existe. El modelo tiene que ser análogo al original. Pues aunque el modelo no se parezca al original prácticamente en ningún otro aspecto, mientras el sistema original puede ser un proceso real, objetivo, el modelo puede ser una ecuación, un pequeño artefacto que incluso se parezca a escala al proceso o que no se parezca, aunque lo único que debe tener es que sea análogo. Ahora bien si se logra esta analogía, entonces se notará que el funcionamiento del modelo es equivalente al funcionamiento del original. Los modelos pueden ser físicos, mecánicos, modelos ya existentes o que se pueden construir o proyectar; existen, además, sistemas de ecuaciones. Lo que se hace con los modelos es un trabajo de predicción, pues se predice por analogía lo que sucede en el proceso original, después de observar lo que ocurre en el modelo. El problema es que siempre se deberá comprobar en el original las condiciones hipotéticas dadas en el modelo. La utilización de modelos permite el estudio de muchos procesos, no nada más en comunicación, sino en cualquier disciplina, pues al utilizar un modelo que representa análogamente al original, obtenemos una serie de resultados, de interpretaciones que continuamente buscamos y sus propiedades correspondientes con el original. Los modelos, además, pueden adquirir en la comunicación infinidad de formas, sea que se apliquen a una sola persona -nivel intrapersonal- a dos o a grupo de individuos -nivel interpersonal-, o sencillamente a la mayoría de miembros de una sociedad -nivel sociocultural-. Todo esto lo podemos visualizar en modelos para generalizarlos, o sencillamente para aplicarlos a todo acto de comunicación como es nuestro caso. La persona que se encargue de elaborar modelos tiene ante sí la tarea de sustentar a la comunicación en todas sus derivaciones y alcances. Puede, a la vez, relacionar ese modelo con aspectos de interés múltiple en las disciplinas, equiparar a la comunicación con toda conducta humana tanto en sus formas, modos o niveles. A pesar de lo dicho, habrá que reiterar que la necesidad de representar un proceso de comunicación no implica que se dé en sí el proceso, sino que sólo es una descripción objetiva de ese acto, de esa realidad. Un modelo puede combinar tantos elementos del proceso de la comunicación, como símbolos en la mente de los individuos, que plasman ideas y conceptos para representar la unidad de la conducta que se pretende estudiar. El modelo deja atrás la era de la simple representación puesto que su meta consiste en comprender la interacción de las diversas y principales funciones o componentes. Es una “prueba en ecuación”, y la comunicación debería ponerse a funcionar tal como lo describe el modelo. Desde luego, tampoco podemos dejar de lado lo limitante o criticable de los modelos del proceso de la comunicación, pues con gran frecuencia están exageradamente simplificados. Aunque su tendencia tampoco es contener la representación de la totalidad de acontecimientos. El modelo básico de la comunicación humana. Para poder estudiar el proceso de la comunicación necesitamos partir de la idea que tenemos de ella, por lo cual se ha dado primordial atención a la comprensión de lo que es un modelo de estudio de la ciencia. Ahora tomamos el modelo básico de la comunicación propuesto por Lee Thayer, quien escribe: A -------- B = X Cuando nos planteamos un modelo de comunicación siempre debemos tener en mente su condición a partir de la influencia que ejerzan. Sólo mediante modelos nuevos se pueden lograr nuevos conceptos, pero bajo una base que los sustente y esa base son los modelos anteriormente construidos. Considerar que la comunicación es un proceso que continuamente actúa en cada uno de nosotros, nos permite comprender que hay intencionalidad, condiciones, actitudes, mensajes verbales o no verbales, conciencia, es decir, los seres humanos no son elementos mecánicos que obedecen a los estímulos de una máquina computadora o un aparato de comunicación como la radio o la televisión, por decir algo, sino que hay humanidad. Conceptos y característica del proceso de la comunicación intrapersonal e interpersonal. Hay algunos estudiosos que consideran que el proceso de la comunicación únicamente existe cuando hay más de dos personas. Otros argumentan que la comunicación también se da en uno mismo, al reflexionar, pensar y preguntarse a sí mismo. Cuando estudiamos los diversos niveles o modos como se presenta el proceso de la comunicación, debemos ubicar los diversos componentes humanos que forman una relación comunicativa. Tal es así que el proceso interno de pensar las cosas ya es comunicación y la identificamos como intrapersonal (dentro de la persona), nos sirve para organizar y desarrollar redes y formas de comunicarse con uno mismo; este primer nivel de análisis lo encontramos en cada individuo que se vale de sus experiencias anteriores, percepciones, motivaciones, actitudes, tomas de decisión y aprendizaje, para lograr una mayor comprensión de su realidad. En cambio, en la comunicación interpersonal (entre personas o bipersonal) se presenta la relación que hay entre dos o más individuos, que se influyen mutuamente por medio del intercambio de experiencias, de sus intenciones y del número de contactos efectivos y productivos. Gracias a este nivel de intercomunicación los individuos adquirimos distintos grados de socialización (proceso socio-psicológico que dura toda la vida) y de interacción. Aunque emisor y receptor son términos utilizados como si cada uno de ellos jugara papeles distintos y especializados durante el acto comunicativo, de antemano sabemos que durante una larga conversación los roles se intercambian, pasan del uno al otro. En esa misma circunstancia, cuando se utiliza un medio de comunicación indirecto, como el caso del periódico, la radio o la televisión, el individuo que recibe los mensajes no asume una actitud pasiva, sino que simple y sencillamente tiende a exteriorizar sus repuestas a un tercero y, por lo tanto, se convierte en emisor (la respuesta no tiene que ser necesariamente dirigida a quien inició el mensaje para que sea una comunicación adecuada). Por ello los roles pasan, frecuentemente, de uno a otro. Entendemos por mensaje lo comunicado, el contenido, la información, las señales, signos, códigos o símbolos a ser interpretados; son objetos y sucesos que al ser abstraídos en la mente de los individuos, sirven de unión entre los polos emisores y receptores. El canal o medio es el instrumento por medio del cual se conducen, transitan o se transportan los mensajes de un polo al otro. Los canales incluyen, en muchas ocasiones, a las “barreras” u obstáculos que modifican el ser primario del mensaje, es decir, crean ruido o distorsión del contenido. El contexto social o cultural representa a la situación, condiciones, ambiente, campo o zona de referencia en que se presenta el envío y recepción del mensaje. Aquí se incluye el carácter temporal o tiempo histórico en que se dan los procesos de comunicación. Las respuestas, influencias o los efectos que causa el mensaje y quien lo envía, son acciones donde se replica, reacciona o es el resultado de las acción de exponerse a los mensajes o situaciones de un proceso de comunicación. Aunque hay más denominaciones para todos estos términos, hemos querido apartarlos del carácter físico o de ingeniería, del sentido psicológico, del lingüístico en sentido particular, para acercarnos a lo sociológico lo más posible, aunque en ocasiones consciente e inconscientemente caemos en aspectos mecánicos.

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